29 enero 2017

Ideas para enseñar hábitos saludables a los niños



Tal vez la motivación más importante que mi pareja y yo hemos tenido desde que decidimos llevar un estilo de vida más saludable, ha sido el bienestar de nuestro hijo en común. No se puede enseñar lo que no se practica y poco a poco resultó evidente que muchas de nuestras "malas costumbres" podían convertirse en hábitos de vida para él. Al fin y al cabo, no se puede ignorar que los médicos están atendiendo a niños con problemas de salud que antes solo se observaban en adultos, como la diabetes tipo 2. En países como los EE.UU., México, China, India y Brazil, la obesidad infantil es un problema que está adquiriendo proporciones epidémicas. Es evidente, además, que los niños pasan cada vez más tiempo en actividades sedentarias como mirar la televisión o usar tablets y teléfonos móviles, que practicando deportes o jugando al aire libre.


Así como ocurre con los idiomas, mientras más joven un niño, más fácil será que adquiera hábitos saludables para toda la vida. Por principio los niños son crédulos; reproducen y repiten lo que les decimos sin cuestionar demasiado hasta que son relativamente mayores. Esta credulidad, que es útil porque así podemos protegerlos, es un arma de doble filo, porque tan fácilmente se aprenden habilidades como malas costumbres. En vista de ello comparto aquí algunas ideas para facilitar a nuestros niños el aprendizaje de buenos hábitos:
  1. Adquiramos primero el hábito que queremos enseñar y aprendamos la información que queremos transmitir.
  2. Consideremos el valor nutricional de los productos que adquirimos regularmente. Leamos las etiquetas y la información nutricional. Asegurémonos de preferir productos altos en fibra y proteína, pues promueven el crecimiento y previenen la obesidad. Busquemos opciones bajas en azúcar.
  3. Los hábitos se fijan más rápido por repetición y recompensa. Eso funciona en niños y adultos. Premiemos las buenas conductas; luego de un tiempo no será necesaria la recompensa (que puede ser algo sencillo) sino que el comportamiento habrá adquirido valor propio.
  4. Presentemos la comida de forma atractiva para agradar a los ojos y paladares de los pequeños. Al igual que los hábitos, toma tiempo que un niño adquiera el gusto por un nuevo alimento. Hay que dárselo a probar varias veces. Si notamos que algo les gusta más (por ejemplo, que prefieren el fréjol a la carne) repitamos la comida con regularidad.
  5. No prohibamos las golosinas o digamos que ciertas comidas son "malas". Más bien expliquemos que los chocolates y las papas fritas son alimentos que hay que limitar para no enfermarnos, y que podemos comer de vez en cuando, por ejemplo el fin de semana o cuando hay una celebración.
  6. Sirvamos agua con las comidas en lugar de jugos o gaseosas. Los nutrientes se consumen mejor comiendo la fruta entera y por otra parte las bebidas no nos hacen sentir satisfechos aunque tengan alto contenido calórico.
  7. Preparemos golosinas y postres saludables. Los yogures, las nueces y las frutas, por lo general les encantan a los niños. Aquí hay un par de ideas de comidas sencillas y económicas. También podemos hornear en casa haciendo sustituciones de ciertos ingredientes. ¿Sabías que para hornear se puede usar salsa de manzana o yogur griego en lugar de mantequilla?
  8. Estructuremos nuestras diversiones familiares alrededor de la actividad física: ir a nadar, conocer un museo, escalar una pequeña montaña, ir a pie al centro de la ciudad o a la casa de un familiar o amigo, etc.
  9. Planeemos un día en la semana para no usar el auto y transportarnos a pie o en bicicleta a todas partes. Aprovechemos para enseñar a los niños que así también ayudamos al medio ambiente.
  10. Expliquemos a los niños que las decisiones que toman respecto a su alimentación y actividad física tienen consecuencias a corto y largo plazo. Digamos qué puede pasar si no comemos bien. Enseñemos claramente qué es la obesidad, la diabetes adquirida, las enfermedades del corazón, y el cáncer. Pueden ser temas no muy agradables, pero es mucho mejor enseñarles a tomar decisiones por sí mismos antes que imponer un comportamiento sin explicación alguna.