20 marzo 2009

Je ne regrette rien

piaf Abandonada por su madre, Edith Piaf, cuyo nombre verdadero era Edith Giovanna Gassion, fue criada por su abuela paterna en una casa de citas donde las prostitutas cuidaban de ella.  Más tarde trabajó junto a su padre, que era acróbata callejero, cantando canciones populares durante el espectáculo. Su adolescencia transcurrió en las calles de París, en las que cantaba a capella para ganarse unos centavos.  De este modo fue descubierta por Luis Laplée, quien la llevaría a trabajar con él en el exclusivo cabaret de su propiedad.  Involucrada con el bajo mundo parisino, se vería envuelta en el escándalo del asesinato de Laplée, del que muchos la culparon. Pero ella, testaruda y apasionada, consiguió seguir cantando y, con no pocos tropiezos, se abrió camino en el mundo del arte viviendo intensas aventuras y fogosos romances, sin arrepentirse de nada.
 
Bautizada "La  mome piaf" (la niña gorrión) por "papá Laplée", Edith fue madre a los 17, pero su criatura, Marcelle, falleció de meningitis apenas dos años después de nacida.  Luego de trabajar en los cabarets y regresar una vez más a las calles, inició una exitosa carrera como cantante de Music Hall de la mano de Raymond Asso; actuó en una obra de teatro de Jean Coctaeau, firmó un contrato con la disquera Polydor y empezó a involucrarse con los círculos artísticos más influyentes de Francia. El reconocimiento internacional llegó casi inmediatamente: Piaf inmortalizó canciones como " La vie en Rose ", "Hymne à l'amour", "Milord", "Padam Padam", "Non, je ne regrette rien", entre otras.
 
piaf1 Tuvo una agitada y activa vida amorosa: vivió romances con cantantes como Charles Aznavour, Frank Sinatra e Ives Montand, contrajo matrimonio con Jacques Pills y hacia el final de sus días, a los 46 años, se casó con un jovencito de 27, que según sus propias palabras cuidaba de ella como de una madre enferma. Pero el romance más importante de su vida, según se retrata en la película "La vie en rose" (originalmente titulada " La mome "), fue el boxeador Marcel Cerdan, con quien mantuvo un romance de dos años que nunca pudo consolidarse debido a que él era casado. Marcel, campeón mundial de pesos medianos, murió trágicamente en un accidente aéreo cuando viajaba de Paris a New York para encontrarse con Edith; esta pérdida la devastó por completo y poco a poco se dejó consumir por la adicción al alcohol y a la morfina.
 
Una mujer decidida, fuerte, poderosa. Una artista genial, de innato talento; indiscutiblemente la voz más conocida de Francia y una de las cantantes más recordadas de la historia. Diva temperamental y entregada, tuvo un sólo consejo para la juventud: amar.  Edith murió a los 47 años de edad, a causa de un cáncer al hígado. Las nuevas generaciones no deben dejar de descubrir la música y la vida de la primera dama de la canción francesa, virtuosamente interpretada por Marion Cotillard, quien ganó un Oscar por su trabajo en "La Vie en Rose", una película que nos acerca a las dichas y desventuras de quien escribiera el Himno al Amor.
 
 
Non, Je ne Regrette Rien
-la traducción es mía.
 

Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait,
ni le mal, tout ça m'est bien égal
Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
C'est payé, balayé, oublié
Je me fous du passé

Avec mes souvenirs
J'ai allumé le feu
Mes chagrins, mes plaisirs
Je n'ai plus besoin d'eux
Balayés mes amours
Avec leurs trémolos
Balayés pour toujours
Je repars à zéro

Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait,
ni le mal, tout ça m'est bien égal
Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
Car ma vie
Car mes joies
Aujourd'hui
Ça commence avec toi...

No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Ni del bien que me han hecho
ni del mal, todo eso me da igual
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Está pagado, desechado, olvidado
Yo me burlo del pasado

Con mis recuerdos
He encendido el fuego
Mis penas, mis placeres
Ya no los necesito
Desechados mis amores
con sus trémolos
Desechados para siempre
Empiezo otra vez desde cero

No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Ni del bien que me han hecho
ni del mal, todo eso me da igual
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
pues mi vida
pues mis alegrías
el día de hoy
comienzan contigo...