15 enero 2009

Genocidio ante nuestros ojos

Gaza Muertos De cómo nuestra generación ve a colores una masacre insoportable, es el subtítulo del post que escribió Gaba, rechazando la guerra librada en la Franja de Gaza. Incluso Webs de tecnología, como ALT1040 se han manifestado, llamando a Israel "Estado asesino y destructor". Recordemos lo que es el Genocidio: un delito de carácter internacional que consiste en la eliminación sistemática de un grupo social.
 
Desde la creación del Estado de Israel, a través del Plan de Partición de la ONU, tras la II Guerra Mundial, se han sucedido décadas de violencia que aún perdura. Israel defiende su afán expansionista por tratarse de la tierra "entregada por Dios" a su pueblo, el pueblo elegido. Esta tradición, creencia, o como queramos llamarla, está por encima de millares de vidas humanas, ¿o será que hay otros intereses de por medio?
 
El Derecho Internacional Público no manda, apenas sugiere, no merece llamarse "derecho". Varios acuerdos internacionales están siendo violados por Israel. La ONU demuestra la ineficacia de sus gestiones, la inutilidad

de su existencia. ¿Comunidad Internacional?  En Sudamérica, Hugo Chávez, reclama el procesamiento penal para los crímenes de lesa humanidad que se cometen en la Franja de Gaza, y rompe relaciones diplomáticas con Israel. Lo propio hace Evo Morales. ¿Y el resto del mundo?

Como en otras guerras, la palabra "terrorismo" se usa casi al azar para justificar lo injustificable. Pequeños grupos insurrectos son el pretexto para exterminar pueblos enteros. Como dice Eduardo Varas en su post al  respecto, "a nivel político siempre hay una excusa".

Bombardeo Gaza  

Han muerto más de 1000 palestinos y 13 israelíes.  La mayoría de los caídos son civiles, muchos de ellos niños y varias mujeres y ancianos. Las cárceles de Israel están a reventar de palestinos y, una vez más, muchos de ellos son menores de edad. Se atacan escuelas y hospitales. Ni siquiera la ayuda humanitaria puede ingresar a este aislamiento forzado en el que cada día perecen los palestinos.

No puedo si no valerme de este espacio, modesto y prácticamente invisible, para dejar constancia de que no pasa un día sin que piense en el dolor indescriptible que están sufriendo las víctimas de un conflicto que nunca podrá tener justificación; de que me perturba dolorosamente la abulia y la indiferencia de los jóvenes y la amargura apática de los más viejos; y para decir que, de corazón, espero que no llegue el día en que un problema así sea nuestro, y debamos comprobar que los destructivos intereses políticos y económicos pueden ser más poderosos que la ética, la solidaridad, y el amor.