22 abril 2008

La Escena Rock ante los sucesos del 19 de Abril en Factory

Ante la tragedia, el aturdimiento parece exacerbar la estupidez: las autoridades buscan chivos expiatorios para ocultar la raíz del problema: la actitud de rechazo y los prejuicios que tradicionalmente ha tenido el sistema hacia ciertas tribus urbanas y las manifestaciones culturales relacionadas con ellas.

La ignorancia ha sido siempre el peor enemigo de la justicia. Quienes defienden el statu quo nunca verán con buenos ojos la actitud de rebeldía y la fuerza expresiva que caracteriza a aficionados e intérpretes en la escena rock. Y sus mejores aliados son ciertos medios de comunicación que divulgan de manera tendenciosa y sensacionalista noticias y reportajes que inducen a relacionar hechos que sólo han coincidido circunstancialmente, basándose en investigaciones superficiales, irresponsables y parcializadas. Una vez más quienes tienen en sus manos la difusión de la información se atribuyen la facultad de juzgar y sentenciar, demostrando un precario conocimiento de las características artísticas y culturales de los grupos humanos. La propagación de estas ideas afecta seriamente a la escena rock local porque aleja a una potencial audiencia que permite sobrevivir a la actividad artística.

La normativa municipal, sobre todo en materia de impuestos, no es consecuente con la realidad económica de la población, lo que ha determinado su ineficacia y demuestra una vez más la enorme brecha existente entre el ordenamiento jurídico y la configuración real de la sociedad. Como consecuencia, el acceso al arte se convierte en un privilegio de minorías, y los espacios para quienes no son parte de la corriente oficial, quedan reducidos a los pocos medios que cada actor cultural puede procurarse a sí mismo. Medios que se legitiman porque no hay otras alternativas y que hoy son señalados como causas, cuando en realidad son efectos de la acostumbrada indiferencia que demuestran quienes insisten en vincular a la música directamente con males sociales como el consumo de drogas y la violencia.

Lo ocurrido el 19 de abril no tiene por causa ni a la música ni a la estética propia del gótico u otros géneros rock. Tampoco tiene relación con el consumo de drogas o alcohol. Las causas han estado ante nuestros ojos todo el tiempo y ha tenido que ocurrir una desgracia para que intervengan las autoridades, pero no para ofrecer soluciones sino para señalar culpables en la búsqueda desesperada de librarse de responsabilidad. Lo racional sería que junto a los nuevos planes de control estricto de la seguridad aparezca una apertura institucional para los proyectos culturales, una preocupación seria por garantizar espacios para el arte y una fiscalización ética de los medios de comunicación.

No podemos aceptar que la compleja situación de la escena rock y la multiplicidad de factores que la componen se analicen con elementos de juicio tan simplificados. Es nuestro deber manifestar públicamente nuestra posición ante lo ocurrido y defender nuestro derecho fundamental a participar en la vida cultural del país, con las debidas garantías que debe proporcionar el Estado. Nos solidarizamos con los compañeros desaparecidos y lesionados el 19 de Abril e instamos a las autoridades, particularmente a las instancias culturales a analizar seriamente la situación para que el arte se desarrolle uniformemente sin marginar una u otra expresión.

Overground Producciones & Bandas Afiliadas.