28 septiembre 2009

Religión a conveniencia

Aunque la etimología de la palabra religión se discute, parece que se origina en las supersticiones y los cultos paganos y formalmente se relaciona con "releer" o volver a leer.  De acuerdo con Cicerón: "Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como que las releen, son llamados religiosos". En el contexto moderno, una religión revelada es el conjunto de creencias basadas en una verdad fundamental entregada por Dios a los hombres, característica que podemos encontrar en las religiones teístas, que dan por supuesta la existencia de un Ser Supremo, el primer motor inmóvil.  Los dogmas de una religión revelada son por naturaleza absolutos e inalterables; así por ejemplo el dogma de la inmaculada concepción en el caso de los católicos, es una verdad, un misterio de naturaleza divina frente al cual no caben argumentos racionales, pues las cosas de dios no están al alcance de los hombres.  Dice Kant, gran filósofo de la religión: "si aceptamos las leyes estatutarias de Dios y hacemos consistir la religión en nuestro seguimiento de ellas, entonces el conocimiento de las mismas no es posible mediante nuestra propia razón, sino sólo por revelación".  Según éste portal católico, una revelación es una:

Manifestación, en hechos y en palabras, que Dios hace de sí mismo y de sus planes de salvación para con los hombres: Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos y trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía. La revelación de Dios se lleva a cabo plenamente en Jesucristo. Comenzó con las primeras comunicaciones proféticas de la palabra divina en la Antigua Alianza y objetivamente ha acabado con la muerte del último apóstol.

Sin embargo, pese a que la mayoría de las personas que me rodean se autodenominan católicos, en su mayoría no practican disciplinadamente las normas de conducta que derivan de los dogmas de su religión, sea que provengan de las Sagradas Escrituras o de la doctrina eclesiástica.  Lo que hacen, más bien, es profesar una religión liberal, un sistema de creencias que se acomodan a su propia vida, rutina y conveniencias, en el que la conexión con dios es una cuestión individual, que no depende del respeto que se tenga por la moral oficializada a través de la Iglesia.  Pensemos en cuántos católicos se divorcian y vuelven a casarse por la via civil, pese a que "lo que dios ha unido no lo puede separar el hombre".

¿Doble Moral?  Sí.  Quien creyendo en Cristo piensa que no necesita ir a la iglesia para conectarse con dios, dice de vez en cuando "mentiras piadosas", utiliza métodos anticonceptivos, entre otras tantas cosas, no es católico, es una suerte de cristiano independiente.  Claro, por eso justamente aparecieron en el mundo las Iglesias llamadas protestantes, que desgraciadamente sólo fueron rebeldes para crear nuevos dogmas, en algunos casos más extremos e inexplicables que los del catolicismo.  El asunto es, si el creyente no cree en una verdad revelada, ¿en qué cree?  ¿En un dios inventado por sí mismo, hecho a su medida, y accesible a través de los métodos que más cómodos le resulten?  Nadie va a desconocer la necesidad humana de explicarse lo que no comprende o de ser consolado ante la adversidad, pero una real honestidad intelectual implicaría reconocer que el dios al que muchos occidentales le rezan no es más que un consuelo creado por la propia mente para disminuir la angustia que provocan las desazones cotidianas y las tragedias personales.