20 diciembre 2009

Navidad, paganismo y dioses solares


El solsticio de invierno  ha sido desde hace miles de años motivo de celebración para distintas culturas alrededor del mundo. En el hemisferio norte, alrededor del 21 de diciembre, los días  comienzan a alargarse y las noches a acortarse, por lo que el nacimiento de muchos dioses solares tiene lugar durante el solsticio, simbolizando el nacimiento de la luz, la muerte de las tinieblas y la continuidad de la vida. El nacimiento de Jesús, hasta entonces sin fecha, se fijó en el 25 de diciembre por el año 345, para adaptarlo a las fiestas tradicionales de dioses paganos como Mitra, cuyo culto estaba muy extendido en el imperio romano.

Persas, egipcios, fenicios, sirios, griegos, aztecas, incas, hindúes y muchos otros pueblos han rendido culto a dioses solares y celebrado su nacimiento.  En la tradición germánica, escandinava y también en la celta, la celebración del Yule  coincide con las fechas navideñas y de hecho todavía se utiliza esta palabra pagana en las lenguas nórdicas, para referirse a la actual celebración del cristianismo, impuesto tardíamente en estos países.

La tradición del árbol navideño también tiene un origen celta: ellos consideraban sagrados a los árboles, y pensaban que poseían un espíritu protector. Los colores empleados para adornarlos eran el rojo, símbolo del nacimiento y el verde, símbolo de la tierra, pues durante el Yule se renovaba la vida en el planeta.  El muérdago era una planta sagrada, ritualmente recogida por los druidas, sacerdotes celtas, para protegerse del mal.  También se origina aquí la tradición del tronco mágico de navidad, del cual surgen regalos y dulces. Hoy se preparan adornadas tartas en forma de tronco navideño, y la costumbre celta de adornar las casas con guirnaldas de hiedra y otras enredaderas se traduce hoy en los adornos luminosos que solemos colocar en nuestras viviendas.

El actual Papá Noel también es una figura tomada del paganismo, en sus orígenes poseedor de características propias de Cronos, Thor, Odín, el Abuelo Hielo ruso, y luego adaptada por el cristianismo a la figura de San Nicolás, cuya fiesta tradicional en los Países Bajos se llama Sinterklaas, y que llegó a América con los inmigrantes holandeses convirtiéndose en Santa Claus cuando se adaptó el nombre a la pronunciación inglesa. Posteriormente los ilustradores y las campañas comerciales como la de Coca-Cola de 1931, contribuirían a popularizar el traje rojo y blanco con el que hoy lo vemos en tantas decoraciones.  Existe otra leyenda paralela, la del Nikolás finlandés, otro hombre generoso que conmovido por la pobreza de su gente se dedicaba a tallar juguetes y a regalarlos a las familias que lo acogían.

En cuanto a los regalos, además de los que repartían los "nicolases" de las leyendas, la tradición se remonta también a las " saturnales " romanas, fiestas llenas de banquetes, excesos, libertinajes y ofrecimiento de regalos.  Más tarde, como culminación de las celebraciones, se introdujo la fiesta del Sol Invicto que tenía lugar el 25 de diciembre.

¡Feliz Navidad Pagana!